Me siento como esperando la carroza. Se que no está bien, compadecerse de uno mismo y fomentar el auto-lamento, pero me pasa igual. Las oportunidades me pasan por el costado, casi las engancho y záz!, se esfuman. Me pongo pelotudisima y me deprimo, y no quiero hacer nada, no quiero salir, no quiero nada.
Hoy me odio.-
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