lunes, diciembre 05, 2011

Yo a veces pienso en mi papá. No lo extraño porque no lo alcancé a querer lo suficiente para extrañarlo, digo lo quise seguramente. Pero en algún momento todo se volvió algo lejano e irreal y se me esfumó el cariño que recordaba tener. Se encargó de no estar presente y entonces se convirtió en un recuerdo algo borroso, porque yo era chica, porque los recuerdos con él eran pocos y porque su existencia se fue viciando de lo que otros contaban sobre él.

Pero bueno, a veces pienso en él. Pienso en la idea que tengo de él, porque realmente no lo conocí y tampoco se con certeza que es de su vida.

Creo que lo que más me intriga es saber si piensa en mi. En mi pequeña mente, pienso que él debe tener más recuerdos de mí que yo de él, y entonces me pregunto cómo me recuerda, si pensará en cómo soy ahora, si se pregunta cómo me llevaré con mi hermano, si tendré novio, hijos, o si me morí porque me pisó un bondi. No sé. Muchos me mandarían a terapia, y seguramente un psicólogo se haría un lindo festín con mi historia. Pero la realidad es que me gustaría saber si mi papá piensa en mi, pero si ahora se presentara de alguna manera una oportunidad para verlo, diría que no. No tengo ganas de verlo. Ni siquiera para preguntarle si pensó en mi.
Mi papá es un desconocido, que no sé dónde vive y por lo que me enteré hasta hace un año estaba vivo. Es un desconocido que solo me dejó el color de ojos y de piel, el apellido y la maravillosa cualidad lampiña de la su parte la familia, que me permite no sufrir el karma de la depilación tan seguido como otras mujeres, y eso. Pará de contar.

Mi papá es un desconocido para mí, y no siento la necesidad de poner ni una pizca de voluntad en acercarme a él o reconstruir lo que a él le chupó un huevo.
Sueno contradictoria, lo sé. Pero es así. No tuve un padre presente, y crecí solo pensando en que feo era que no le importara lo que me pasaba a mi, lo que le pasaba a mi hermano. No sé si es que estaba seguro de que mi mamá nos iba a cuidar bien y entonces no se preocupó o si lisa y llanamente no le importo. En cualquiera de los dos casos, me parece una mierda, por tanto, no creo que se merezca nada de mí. Pero igual, me queda esa duda, pensará en mi?

Si, ya sé. Un psicólogo no? No, que la chupen los psicólogos.

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