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Una vez entendí porque mi mamá no me llevaba a todos los cumpleaños. No siempre podíamos comprar un regalo y a un cumpleaños no se va sin regalo. No se puede, no hinches.

Y cuando no se va a algún lado, significa que te quedás en otro lugar.  Quedarse no siempre es mejor. Aunque no puedas comprar un regalo para irte a otro lado.1

Después, cuando no recibís mas tarjetitas de cumpleaños, no sabés bien cómo se hace y no entendés que pasa cuando no podés. Qué sentir alrededor de esa cosa que no es realmente la gran cosa, pero que sintetiza una manera de decidir que se puede y no se puede. Cuándo, cómo y porqué.

1.

Paro de escribir. Intento acordarme de una de las mil clases que tomé; de las varias materias que cursé; de los tantos CBCs que hice en la década pasada; para las diferentes carreras que nunca terminé. 

“Negación lógica. No Paula. Era otra cosa”, pienso. 

Me fijo en google y wikipedia me explica que es una negación lógica. No entiendo. Pienso si tiene que ver con esto que me pasa cada vez más seguido:olvido cosas. Cosas que al olvidar generan baches que me hacen sentir boluda, bruta, mal educada. Cosas que no se si sé, pero parece que supe y que ahora no recuerdo o no sé si me imaginé que sabía.

Cambio de disco. Sigo escribiendo, pero no me acuerdo si había venido a quejarme de mi vieja o a fijarme si era culpa de ella que a veces sienta que le quedo petisa a las circunstancias y ya debería hacerme a la idea y lidiar con no animarme.