miércoles, agosto 20, 2008

Día cero.-

Hoy me siento pegoteada al asfalto, cada paso me cuesta un triunfo, sin medalla ni podio.
Las mismas caras de mierda en el mismo lugar de mierda desde hace mas de tres años.
Tres años. Entendés? Mierdas hoy, ayer, la semana pasada, mañana, el año pasado y el mes que viene.

Facturación, el objetivo, las ventas, recursos humanos, avisos, errores de tecnología, bonus, jefes, clientes, teléfonos, tarjetas con mi nombre, siempre de tacos, llamada en espera, mails, hipocresía, injusticias, favoritismo, empresas, chotadas y mas chotadas llenas de nada.

Esto no me deja mas que plata en la cuenta del banco, y si...eso es importante, pero es lo más importante? Debería serlo? Es justo que sea lo más importante? Es lógico? Es realista? Me hace feliz?

Hace algún tiempo todavía había gente en la oficina que yo sabía que estaba acá cuando llegaba...y que eran un bálsamo anti-forros y me hacían sonreir, y entonces no era tan difícil levantarse todos los días.
Ahora, nos amuchamos por ser complices de la hinchada de huevos que compartimos sin importar la antigüedad o el acento, pero salvo con algunas personas, con el resto somos circunstanciales compañeros de las mierditas de oficina que nos queman la cabeza. Yo que sé.
Dicen que siempre hay algo para aprender, pero acá yo siento que no aprendo nada más que a fingir mi ánimo, especular las sonrisas y dosificar mi sarcasmo.
Una mierda, bah.

Y encima llueve.

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