jueves, noviembre 27, 2008

Deseo en potencia

A penas tragué la primera bocanada de aire de este mundo, fui un nodo de deseos heredados. Fui una oportunidad potencial de lapidar los fracasos que una madre joven como la mía, había acumulado hasta ese momento.
Que difícil no proyectar.
Difícil, no poner en manos de un ser totalmente dependiente, todas nuestras expectativas, creo incluso que es hasta inconsciente. Como una reacción que se dispara automáticamente, desde que una mujer sabe que tendrá un hijo, y cuando, por supuesto quiere tenerlo. No querer tenerlo es otro tema, y estoy totalmente de acuerdo con que cada mujer elija hacer lo que quiera. Cómo sea.
Cuando una mujer sabe que tendrá un hijo, según mi pretenciosa imaginación, intentando deducir que se siente, imagino que además de ser una sensación, extraña y poderosa, un hijo es una oportunidad.
Es la posibilidad de cambiar de opinión justificadamente, de renovar esperanzas, de remediar errores, de resolver enigmas, y de recuperar cosas perdidas. Pero es una oportunidad? Es una oportunidad con dueño? Es la oportunidad de su madre, o es una oportunidad en sí misma, para que haga de su vida una historia independiente de los deseos propuestos o impuestos?

1 comentario:

Paula Cintioni dijo...

sea como sea, es una mochila pesada para llevar a la escuela