A veces me encuentro

A veces me encuentro desvanecida. Y me pregunto que tendrá de real esta locura.

¿Cuándo dejarán de correr las agujas? ¿Cuándo se detiene la lluvia adentro si es que en algún momento se detiene?

¿Dónde se va mi sombra cuando duermo?

¿Dónde puedo guardar este amuleto envuelto en una promesa de suerte?

A veces me encuentro dispersa. Repartida. Un poco ahí y un poco acá, un poco en vos, y otro poco en todas las cosas que fui soltando o que me soltaron.

¿Qué mirada tendrás si te veo en sueños? 

¿Qué traerá el amanecer en los dorados lazos que se enredan en las persianas y en las piernas?

A veces me encuentro dividida. Con los ideales en las nubes y las metas sepultadas, con las manos en la tierra y en el cielo la mirada.

¿Quién sembrará la sonrisa si no estoy yo para abrazarte?

¿Quién descubrirá todos los secretos que escondí en el hueco dulce entre la clavícula y tu cuello infinito?

A veces me encuentro despojada. Es como estar desnudo o perdido. Es como tener los pies fríos y destapados una noche de invierno cerca de las 2 de la mañana. Sola en la cama.

¿Qué clase de horizonte me espera?

¿Qué cosas me olvidé y no recuerdo?

A veces me encuentro revitalizada. Con las alas plenas y la mirada entera, dispuesta a derrotar lo invencible y lo invisible.

A veces me encuentro escribiendo cuando debería estar haciendo otras cosas. Es como una soga que me alcanza para subir un poco más, un túnel que se construye hacia afuera y mata miedos o resuelve enigmas. Y a veces, solo alguna de esas veces, me encuentro conmigo misma.